Terapia regresiva: Cómo actua

La Terapia Regresiva accede a la raíz, al origen de los traumas, a los momentos exactos en los que se generaron esas fuerzas emocionales intensas y a las circunstancias en las que éstas crecieron y se reforzaron.

A través de una relajación profunda y de la recreación de un escenario arquetípico, el paciente alcanza un estado de conciencia abierta, una comprensión que es fruto de la sincronización entre los dos hemisferios cerebrales: el izquierdo, objetivo, que razona, interpreta, es consciente; y el derecho, subjetivo, que rige las emociones, los sentimientos, el inconsciente. Si cuando permanecemos en estado de vigilia las ondas cerebrales características son las beta, en Terapia Regresiva buscamos el predominio de las ONDAS CEREBRALES THETA (las de la creatividad, emotividad; las que permiten la libre asociación del insconsciente sin una pérdida de consciencia), posibilitando así acceder a los núcleos traumáticos y a las situaciones análogas que se han ido repitiendo, para poderlos procesar de forma consciente.

La emoción que nos provoca el síntoma o problema actual es el hilo conductor que nos llevará a recordar, reconocer, identificar, el instante original que causó el daño que nos aflige y el impacto anímico que provocó, aquel que nuestra alma revive sin que nos demos cuenta y que está condicionando nuestra vida. Pero para liberar esa energía atrapada no es suficiente con visualizar: es necesario, asimismo, vivenciar el hecho concreto con su carga emotiva, volver a sentirlo en el cuerpo físico, emocional y mental (cuidando al mismo tiempo que la persona experimente un nivel de emoción aceptable para ella, permaneciendo en su «ventana de tolerancia»). Vivenciar la experiencia permite exteriorizar la emociones retenidas y alcanzar la comprensión de cómo los traumas acumulados nos están afectando en el momento presente.

Posteriormente, una reconstrucción de los episodios traumáticos será necesaria para aprender nuevos modelos e ir sustituyendo los hábitos y patrones nocivos antiguos por otros más saludables y adaptativos.

Asimismo, mediante otras técnicas, como EMDR o Método SHEC, ayudaremos también a que los recuerdos que se habían almacenado  disfuncionalmente, provocando los síntomas actuales, se procesen e integren adecuadamente en nuestras redes neuronales.