En los trastornos mentales psiquiátricos las pastillas no siempre son la solución

A Robert Whitaker, periodista especializado en medicina y ciencia, le tachan de polémico, y en el mundo de la psiquiatría acumula detractores. Suele hacer preguntas incómodas así como afirmaciones, profusamente documentadas por datos, que son contrarias al orden médico establecido respecto a los trastornos mentales. En sus libros ‘Mad in America’ (2001)  y ‘Anatomy of an Epidemic’ (2010) saca los colores a la Asociación de Psiquiatría Americana y a la industria farmaceútica. Porque Whitaker duda de la efectividad completa de las pastillas en los trastornos mentales.
En una reciente entrevista en elpais.com, Whitaker resumía las líneas generales de sus postulados contra la medicación desmesurada a enfermos mentales: las estadísticas son aplastantes respecto a la negativa evolución de los pacientes medicados por los psiquiatras. En países que se medica menos las enfermedades mentales tienen una mejor evolución. Y en un mismo país, EEUU, las afecciones psiquiátricas han aumentado en las últimas décadas con el aumento del uso de pastillas.

Lo que hace años se vio como algo irreverente e irrelevante por parte de la comunidad psiquiatrica estadounidense, la cual ganó peso e incluso glamour en los ochenta, empieza a tener respaldo en estudios científicos, como los de Martin Harrow o Lex Wunderink. También el prestigioso British Journal of Psychiatry ha reconocido que hay que repensar el uso de los fármacos.

“Las pastillas pueden servir para esconder el malestar, para esconder la angustia, pero no son curativas, no producen un estado de felicidad”, expone Robert Whitaker en esa entrevista en elpais.com. Os la recomiendo.