Los hábitos negativos del pasado nos atrapan cuando los repetimos una y otra vez en nuestro presente aunque ya carezcan de sentido.
Estos son los cinco capítulos cortos con los que Portia Nelson escribió su Autobiografía:

Los hábitos negativos del pasado nos atrapan cuando los repetimos una y otra vez en nuestro presente aunque ya carezcan de sentido.
Estos son los cinco capítulos cortos con los que Portia Nelson escribió su Autobiografía:
Aprender a relacionarnos de forma diferente con la experiencia, modificando nuestra tendencia al rechazo y evitación de los pensamientos, emociones y sensaciones corporales desagradables, y permitiendo en cambio su apertura y atención deliberada, es el primer paso para romper la cadena de respuestas automáticas condicionadas propias de la depresión.
El Abrazo de la Mariposa es una sencilla técnica de estimulación bilateral que resulta muy útil para reducir la ansiedad y calmarnos cuando nos sentimos desbordados a nivel emocional. Mediante tapping (toquecitos) se estimulan los hemisferios izquierdo y derecho cerebrales, lo que pone en marcha una respuesta de relajación y de liberación de la tensión.
Presento a continuación un caso en el que se constata la sinergia entre la Terapia Regresiva y el EMDR. Ana, de 31 años, llegó a la consulta contando que llevaba prácticamente toda su vida sufriendo fuertes crisis de ansiedad. No recordaba el momento exacto en el que empezaron ni se imaginaba cuál podía ser su causa. Sí se había dado cuenta que estaban ligadas a situaciones en las que sentía que tenía más exigencias (familiares o laborables) de las que se veía capaz de afrontar. Como ella decía: “lo quiero hacer todo tan bien, tan perfecto, que la mera sospecha de no poder cumplir las expectativas de los demás y las mías propias me genera mucho estrés”.
La organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado una encuesta a personas entre 18 y 74 años en la cual se destaca que un 57% de la población considera haber tenido problemas de ansiedad alguna vez en su vida, mientras que un 34% cree haber padecido depresión. Sin embargo, el 32% de ellas nunca acudió al médico, y al 68% que sí lo hizo se les diagnosticó depresión o ansiedad en el 92% de los casos.
¿Puede una experiencia traumática o cualquier cambio en nuestro estilo de vida transmitirse genéticamente a nuestros hijos? Se ha señalado en varias ocasiones que, por ejemplo, los hijos de las víctimas del holocausto nazi o de hambrunas severas tienen mayor predisposición a un conjunto de enfermedades y trastornos de conducta y psiquiátricos, que no se deberían sólo al contacto con padres traumatizados.
Eckhart Tolle, ofrece en un capítulo de su libro Practicando el Poder del Ahora una enseñanza esencial: el trabajo con el Cuerpo-Dolor.
El dolor, señala Tolle, tiene dos niveles: el sufrimiento que creamos en el presente y el dolor del pasado que aún vive en nuestro cuerpo y nuestra mente (y que incluye en buena medida el que padecimos en la niñez). Este dolor acumulado crea un campo de energía negativa que constituye una entidad propia, invisible, el “cuerpo-dolor emocional”.
La depresión es el tema que ha elegido la OMS (Organización Mundial de la Salud) para el Día Mundial de la Salud de 2017, celebrado el 7 de abril.
‘Hablemos de la depresión’, es el eslogan escogido en esta campaña, dirigida a movilizar la acción en torno a un trastorno mental que constituye la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo y afecta a más de 300 millones de personas, de todos los países, edades y condiciones sociales.
De forma sencilla, amena, y también científica, Francine Shapiro explica en su libro Supera tu pasado. Tomar el control de la vida con el EMDR, cómo muchas de las reacciones automáticas que controlan nuestras emociones, creencias, sensaciones y conductas en la actualidad, nacen de un sistema de recuerdos que se ha almacenado físicamente en el cerebro de una manera inconsciente.
En ocasiones, pérdidas traumáticas, abusos físicos o sexuales, o haber vivido en una familia con muchas enfermedades, entre otras situaciones, producen en el que las padece síntomas como dolor de cabeza, de estómago, de espalda, fatiga e incluso parálisis físicas. Son las llamadas enfermedades psicosomáticas, que presentan cuadros físicos muy claros pero que no responden a los tratamientos habituales, y que ponen de manifiesto la conexión entre cuerpo y mente. Así, se hace evidente la necesidad de seguir investigando la correlación entre los procesos psicológicos y fisiológicos en el ser humano.
La neuróloga Suzanne O’Sullivan lo explicaba en una entrevista en el diario La Vanguardia, en la que contaba su experiencia profesional con este tipo de pacientes, hasta hace poco dejados de lado por la medicina convencional. Ver entrevista